Por Rock and roll pero por sobre todo desmesura. Y nunca ser un tibio. “Ni totalmente angélico ni totalmente diabólico". El miércoles 27 de octubre me levanté y me acosté con el mismo muerto.
Y tiempo no pases más. No corras más que todavía tengo que entender cómo fuiste decantando en la medición de la muerte.
Y cómo resolver ahora el enigma que causaba el hombre de la fija mirada. El hombre de extraña e incómoda mirada.
Tal vez la muerte fue el desenlace y la razón justa para que un movimiento que lleva décadas anquilosado, se adapte y siga el cauce normal de la célula que lo compone: el ser social como objeto de constante cambio. Tal vez es hora de que el partido se termine de fragmentar y sus módulos reubiquen el sentido de su existencia.
Y sorprendió la muerte. Por repentina y por la masiva respuesta que, por obtuso y negado, uno nunca imaginó que podía llegar a generar semejante cosa.
A cajón cerrado y porque a uno le gusta la ciencia ficción imagino el panorama de las futuras elecciones y de golpe vuelve gritando "volví" y todo fue una buena estrategia de comunicación como las que sabían hacer. Y los que obtusos fuimos nos alegraríamos porque podría estudiarse el fenómeno social más fantástico y fantasmagórico de la historia político/social de la humanidad. El candidato que vuelve para satisfacer a sus deudos y perdonar a sus viles enemigos. Pero no a todo el mundo le gusta la ciencia ficción.
Entonces.
Están haciendo el mito. El canal de cable Encuentro publicó a horas de la muerte de Néstor Carlos Kirchner un programa con tono biográfico de leyenda. El funeral del ex presidente en ejercicio de poder quedó por su masividad entre los cinco funerales más importantes de la historia argentina. La movilización de personas puede compararse con la muerte de Hipólito Yrigoyen, Juan Domingo Perón, Evita y el año pasado Raúl Alfonsín. La lluvia fue el rasgo común en los cinco casos estampándole a la ceremonia un tinte épico.
Más allá de la dicotomía amor/odio que toda figura relevante y polémica genera por su forma de comunicar, hay un respeto que es innegable. Néstor tuvo lo que quiso. Su sillón, su proceso histórico que aún debe batirse a duelo con el paso del tiempo para ser analizado debidamente y para entender su trascendencia. Tuvo su ismo y sus fotos. Su blanco y negro. Sus aciertos y sus errores. Cristina y su Cobos. Transversal y vertical para ejercer poder. Fue él mismo el encargado de evitar que exista un sucesor legítimo que herede su capital de poder hacer, más allá de Cristina Fernández, su mujer y compañera de vida.
¿Queda preguntar quién tomará la porción de poder que construyó y que quiso que nadie más tenga?
No marcho en mi vieja murga
(en las calles no me muestro más)
Están mis muertos tan...tan lejos
de la pantalla en que vos te mirás.
El hígado crece, el cerebro envejece...
y hay algo muy raro en mi plato.
Saturno...dame un turno
(Yo espero, con vos, mejorar).
Dulce cadena, dulce condena
Dios es todo (no puede progresar)
Dr. Saturno, dame un turno!
te pido una leve mejoría!