Acá se eliminaron los bordes debajo,
que sostienen,
para que no floten,
las palabras.
Que en la estampida embaten,
el silencio abrumador de lo que no se dice y enceguece.
Coleroso quieto sin movimiento. Con un refinado frío en los dedos.
Mirá que le podría haber dicho.
Piensa. Estático.
Siempre quieto,
que lo que nace y muere,
va en detrimento.
Lo que aquí yace,
es cierta aniquilación a la quietud.
Cierto desprecio a la infrecuencia.
Medio remordimiento. Medio alegro.
Mirá que podría haberlo visto.
Lo que te estallaba en júbilo.
La cola de lado a lado. El corazón.
Aquí yace, el primer Toto.
En la danza más frenética y triste.
¿Cuándo un corazón dice basta?
¿Cuándo dice basta de dolor?
¿Cuándo dice basta de alegría?
Hasta luego eléctrico, tu cuerpo ya no está.
Pero tu estática, se mantiene en movimiento.