Bastaba un tiro para terminarla. El muy intolerante daba vueltas y puteaba a todo el mundo, menos a su secretaría, a ella la quería, al menos un poco. Igual ese flaco mal nacido se quería a si mismo nada más. Pensar que de caliente nomás mandó a matar a miles, pero de prepotente. La cosa es que la situación se le fue de las manos, sus "aliados", arios puros de naturaleza y de raza perfecta fueron cayendo, borrándose, cambiándose de bando. Pasó lo que él nunca imaginó, los tiros estaban a la vuelta de la esquina y cada vez temblaba más el piso por los bombazos, definitivamente estaban cerca, venían por él, y no había salida. El alemán estaba perdido. Nunca se supo que fue de su cuerpo, si se mató, lo mataron o lo que sea.
Desde hace aproximadamente 5 años manejo una hipótesis, el bigotito esfumóse, desaparece volviéndose mito, una fábula. De tanto hablar, del boca en boca, de la palabra hablada se hace aire, partículas tóxicas, enfermedad. Renació y se cambió el nombre el muy cabrón para que no lo encuentren. Alzheimer. Y se metió conmigo. Bastaba un tiro de alguien que piense dos segunso, que se dé cuenta de manchón negro en la historia. Y pensar que hay gente que lo considera inteligente por saber como acomodar tres tipos con metralletas. Tal vez por eso ahora es una enfermedad del cerebro. Ahora lo postró, está tan relacionado conmigo que me siento sucio. Ahora el pobre viejo está en terapia intensiva, usando la poca lucidez que le queda para luchar contra el alemán. Pensar que bastaba un tiro nada más.
Que a cada uno nos toque el final que merezcamos, pero que no nos jodan cuando estamos indefensos.
Que la ruta a tu final no encuentre más curvas peligrosas.
Desde hace aproximadamente 5 años manejo una hipótesis, el bigotito esfumóse, desaparece volviéndose mito, una fábula. De tanto hablar, del boca en boca, de la palabra hablada se hace aire, partículas tóxicas, enfermedad. Renació y se cambió el nombre el muy cabrón para que no lo encuentren. Alzheimer. Y se metió conmigo. Bastaba un tiro de alguien que piense dos segunso, que se dé cuenta de manchón negro en la historia. Y pensar que hay gente que lo considera inteligente por saber como acomodar tres tipos con metralletas. Tal vez por eso ahora es una enfermedad del cerebro. Ahora lo postró, está tan relacionado conmigo que me siento sucio. Ahora el pobre viejo está en terapia intensiva, usando la poca lucidez que le queda para luchar contra el alemán. Pensar que bastaba un tiro nada más.
Que a cada uno nos toque el final que merezcamos, pero que no nos jodan cuando estamos indefensos.
Que la ruta a tu final no encuentre más curvas peligrosas.