Increíble pero a veces pasa que una ciudad puede asfixiar, un pez volar, inclusive una melodía puede nunca encontrar su justa afinación por más vuelta que uno de.
De que me vale tener estas calles en mis manos si no las puedo caminar con vos. Me resulta absurdo llorarle al cementerio del pasado si nunca tu abrazo puede darme consuelo. Tan absurdo como encontrar el acorde perfecto por más desafinado, o desprolijo, si no tengo tu risa y picardía cómplice para que me escuches.
Entonces eso no me vale.
Pero cuando sonás es distinto cuando escucho tu timbre, tan tuyo, me vibra. Cuando sonás del otro lado, tan alegre y feliz sos vos. La que me escupe su felicidad por la cara para que me ría. Y es distinto, y ahí si me vale. La ciudad vacía y yo corriendo en cada esquina en la que juego a aprender historias para contarte. Cada acorde que mexclo y descompongo para cantarte. Los pensamientos sin resolver y los sueños por concretar. Es distinto. Con tu voz no se me nubla más el alma y una sonrisa se me asoma cuando pienso en vos en mi cama.
Breve texto para convencerme de que el tiempo no es tiempo y la distancia es menos.