3.18.2010

Historia de contestador

...y esos son los motivos por los cuales debo responderte el mail.

Una de las ventajas de la red es que no hay capacidad de almacenamiento alguna que pueda machacarte la expresión. Ventaja de Internet, no así de tu contestador que me cortó cuando estaba diciendo algo.

Venía embalado volviendo del trabajo con la mochila abierta -lo descubrí después- un golpe de un cantero en la rodilla y la electricidad que te corre después de un palo de esos bien secos. Pasa que con la lluvia y la oscuridad no lo vi, en verdad si, pero tarde. Es que uno conoce las veredas que transita diariamente bajo la cortina gris de agua, pero en este caso no conocía el camino. Cuando me bajé del taxi a dos cuadras de tu casa y corrí mojándome con la mochila, que después me di cuenta estaba abierta, no supe de la superficie de la baldosa, resbalé. No caí, pero si me di la rodilla, la punta de la rodilla, con el cantero.

Fue ahí que decidí llamarte, como un cachetazo a la realidad el cantero me dijo que no era prudente -dear prudence- llegar así como si. Creo tal vez -también lo descubrí después- hice bien en llamar.

Estoy dispuesto a hacerme cargo de lo que siento, si por eso te busco directa o indirectamente. Esta es una forma indirecta, je! Bueno si no me ves la cara no es tan gracioso. Como te venía diciendo, te llamé para decirte que me hago cargo de lo que genero. En vos, o en lo que decís que genero en vos. Que, como dijiste en tu mail, también quiero compartir cosas importantes con vos, pero mi casa no porque es un quilombo ahora. Pero si el derrame que me agarra en el corazón cada mañana cuando se que es una mañana más envuelto en lo que son pieles muertas, las sábanas que nunca más olieron como vos.

Porque, no te conté, que las dudas no son por lo que siento, si tal vez el modo -de nuevo con lo mismo, pero entre tantas cosas que descubrí también está la que da cuenta de mi falta de sensibilidad para llegar a la tuya- Pasé por el vacío de no tenerte, el vacío también, bienvenida al club de los extraños con su ausencia. "... de ese extrañar que significa sentirse extraño sin el otro, en este caso sin vos..." ¿Y en otros casos?

Bienvenida al club te decía, ahora compartimos las mismas derrotas. Citando otra parte de tu mail, hoy yo también necesitaria un bote, o un remo para remar esta declaración.

En tu casa no estás y reventé dos veces el celu y me salta de una la máquina y encaro la vuelta a casa mientras te cuento que te qui... Ploc!