5.31.2006

YesterdaY

Ella, yo, la guitarra, el piso de madera, Camelot dando vueltas y no mucho más.
No mucho más porque todavía no era yo, faltaba mucho camino para recorrer. Y tampoco eras vos porque te faltaba despegar esa timidez que ahora es mujer bien puesta, con risas e indiferencia que no hacen otra cosa que traerte vuelta esta noche.
Estabas como única espectadora de mi imitación barata y rocanrolera de pecera, cantando con atino el desafino de mi cantautor favorito.
Primera y única vez que estuviste y estuve ahí, y por alguna extraña razón éramos dos, no dábamos lugar a vergüenzas ni a risas escondidas, desorganizadas en parentescos con fotos en tu carpeta de secundaria.
Esta noche me cuento en sueños la historia del grande que dejó de ser un caballero de lata fría para transformarse en un cálido gritón de esos que te gustan.
Esta noche te agarro de la mano en sueños y Avenida Santa Fe despistada en sombras te agita el flequillo que tan bien supiste acomodarte.

Y no mucho más. Eso si las fábulas de bomberos supe contártela, y fuiste la única que me vio con un casco amarillo gigante apagando algún que otro fuego de fósforos.
Éramos ella, yo, la guitarra y uno durmiendo. Eso sí, por allá quedaban mates horribles para preparar y saludos que no se negaban.

Ahora sólo somos
ELLA


YO
Y muchas casualidades por concretar