Cuando sea chico quiero prestarle atención a mi viejo una y mil veces, cada vez que intente enseñarme a armar barquitos con las hojas del cuaderno de comunicaciones forrado con el papel "telaraña" rojo.
También quiero jugar al fútbol mucho tiempo así aprendo como maniobrar la pelota sin caerme ni hacer el ridículo. Además, porqué no, aprovechar los sábados desde las 8 de la mañana para poder ver a los Alcones Galácticos, Teddy Ruxpin, y los Thundercats, seguido de los Pitufos y las Tortugas ninja, mientras tomo leche chocolatada, y leo las historietas que mamá me trae desde Chivilcoy, la ciudad donde trabaja.
Esconderle los pequeños ponis a mi hermana, y ponerle un broche en la cola al gato para que corra en círculos. Subirme bien alto sobre las banqueras, en la barra y jugar con mi espada de madera, bien pintada, a que soy el futuro Rey de Gondor, la Ciduad de Plata. Que junto a su amigo Légolas, el Elfo, y el enano, luchan para salvar el Gran Anillo de las manos del mal. Porque por ese instante, arriba de la barra, y entre las copas que le regalaron a mis viejos para su casamiento, soy Aragon, con capa y caballo.
Después, escaparme en la hora de la siesta y jugar con los vecinos, esconderme abajo de la cama para no bañarme, acompañar a mi mamá al súper, así voy parado en el carrito. Pegarle con ramitas finitas a mi papá en el culo mientras hace el asado, ver como las chispas que salen de la chimenea se resuelven libres y rápidas en el cielo negro ,como estrellas fugaces naranjas que desaparecen mientras decido qué pedirles. Mirar tele hasta re tarde y quedarme dormido sobre la mesa, esperando que alguno me lleve a la cama y me tape, pero que también cierre las puertas del ropero, y meta bien las sábanas debajo del colchón así se que nadie puede meterse por entre mis pies, a perturbarme el sueño en el que soy un hombre grande que cumplió 21 y sabe menos de la vida que un nene de 5 años.
También quiero jugar al fútbol mucho tiempo así aprendo como maniobrar la pelota sin caerme ni hacer el ridículo. Además, porqué no, aprovechar los sábados desde las 8 de la mañana para poder ver a los Alcones Galácticos, Teddy Ruxpin, y los Thundercats, seguido de los Pitufos y las Tortugas ninja, mientras tomo leche chocolatada, y leo las historietas que mamá me trae desde Chivilcoy, la ciudad donde trabaja.
Esconderle los pequeños ponis a mi hermana, y ponerle un broche en la cola al gato para que corra en círculos. Subirme bien alto sobre las banqueras, en la barra y jugar con mi espada de madera, bien pintada, a que soy el futuro Rey de Gondor, la Ciduad de Plata. Que junto a su amigo Légolas, el Elfo, y el enano, luchan para salvar el Gran Anillo de las manos del mal. Porque por ese instante, arriba de la barra, y entre las copas que le regalaron a mis viejos para su casamiento, soy Aragon, con capa y caballo.
Después, escaparme en la hora de la siesta y jugar con los vecinos, esconderme abajo de la cama para no bañarme, acompañar a mi mamá al súper, así voy parado en el carrito. Pegarle con ramitas finitas a mi papá en el culo mientras hace el asado, ver como las chispas que salen de la chimenea se resuelven libres y rápidas en el cielo negro ,como estrellas fugaces naranjas que desaparecen mientras decido qué pedirles. Mirar tele hasta re tarde y quedarme dormido sobre la mesa, esperando que alguno me lleve a la cama y me tape, pero que también cierre las puertas del ropero, y meta bien las sábanas debajo del colchón así se que nadie puede meterse por entre mis pies, a perturbarme el sueño en el que soy un hombre grande que cumplió 21 y sabe menos de la vida que un nene de 5 años.