No se ve.
Que a veces dibujo caballos de colores tiza que no se ven.
Cuando muerdo las muelas de la incertidumbre no se ve.
Que juego a ser, el que cuando no ve las fosas del infinito negro del dolor, no ve.
Cuando uno no es dueño de sus sentimientos y se enamora del que peor le va, no se ve.
Que el espacio de los aparatos para los dientes que no uso cuando tengo que morderme las muelas porque no estás, no se ve.
No se ve. Que elijo según mi dolor para que me quieran como perro tirado.
No se ve. Que yo no soy el que tiene la palabra justa, para decir en el momento justo, en el que no sabés decir ni mu.
Soy un muñeco para armar, y la causa es inevitable. Me presento como tal y ahí me ves…
Otra vez usando los puntos suspensivos para lo que tendría que ser un poema.
Sobre lo que no se me ve.