12.21.2009

Raro

Es raro, o no tanto, escuchar la canción que te transporte con los vaivenes, pero de los malos. Sobre todo las que siempre tuvieron el efecto narcotizante, a pesar del desafino. O de desatino con que se aparecían, algunas cacheteando y mezclando esa realidad que nunca podía expresar en letras pero qué buenas melodías salían.
Es raro, o no tanto, sentirse como transmisión de una negrura que va pudriendo todo lo que hay cerca, lo deshace y achata hasta que desaparece, queda fétido y deteriorado, casi muerto. Como cuando a punto está de dar el último suspiro, con los pulmones apenas funcionado y está esa pintura divirtiéndote entre el barro y la arena, o los dos mezcladas, o no tanto.
Puede dejar de ser raro apuntarse con un lápiz directo a la nariz y sacarse una foto en el momento justo en que los ojos se cruzan, y se van de órbita al centro mismo del tabique. ¡Click! Y el obturador te va a decir qué tan ridículo te podés ver.
Es raro, o no tanto, lograr el trazo al mismo tiempo en que el pulgar baja a toda velocidad arañando un nilón que manda una, dos, tres y mil ondas al aire, hasta que te retumban, años después al oído y empiezan a entrar, ojalá, que hasta el corazón.
Bajar y subir al mismo tiempo. Tener un sacapuntas cuando el carbón está liso y endeble sin trazo. Con el filo de los dientes, o de las palabras lograr que le saques punta y brillo. Que vaya andando del pulso garabato al pulso firme para después hacer firuletes firmes con el movimiento de muñeca tan claro, directo y puro, como te late el corazón.
Es raro, o no debería de ser tanto, encontrar la sinceridad cuando menos la esperamos. Cuando alguien es capaz de tirar la pluma, el tintero y el papiro por la borda, y no importa si sos Dickens, Hernández, Fontanarrosa o el que escribe los horóscopos en el diario del barrio. Importa la sinceridad con la que te levantás todos los días y te convencés de ¡qué tan vos podes llegar a ser hoy! Y dibujar con la birome, con el dedo o con la gracia de un mal chiste siempre bien puesto el mundo imperfecto que siempre soñaste.