1.28.2010

Eterna Tierra

La eternidad como un incansable cúmulo de acciones que nos llevan a empezar de nuevo. Alisar la tierra y tratar de lograr que esa plantita vuelva a nacer.
Impactar este momento en una foto mental y que dure ahí lo necesario para no herirse con recuerdos lejanos.
Ser eternos en nuestras acciones: el tipo que mejor bailó, el pianista que hacía desaparecer sus dedos gracias a la velocidad de sus notas, la mujer que alucinaba con discursos a los desatentos comensales de las mesas oyendo radio, leyendo diarios, o pasando por ahí. El policía héroe, el noble ladrón, la chica que dijo que que haberme conocido fue lo mejor que le pasó en la vida...
Hoy lo que se respira son los miles de ladrillos apostados en décadas de estructuras visuales que nunca mis cantos van a derribar. Comentarios como martillos se estrellan por la inmutable forma de seguira adelante. Costumbre.
Que las acciones se vuelvan trascendentes por su fuerza motora, y que no sea la corriente la que impulse, sino un mecanismo más en la cadena de fuerzas mismas del mundo que, poco a poco, tenemos que aprender a encauzar. Y una vez ahí si, seamos eternos danzando con el ir y venir de la tierra.