Pude alcanzar el tiempo del fuego. Logré la fórmula para contar la historia de lo que sería si...
Logré encontrarle el tiempo al fuego, detenerlo para quemar piedras o cementos. Reducirlos a polvo.
Del polvo al viento y al aire hasta el sol.
Y pulverizarse de nuevo.
Pude apurar el fuego para evitar el desenlace casi obvio y directo: la combustión.
Pude apurarme para que no me queme.
Encontrale el timing al fuego sirvió para evitar derrtirme o convertirme en polvo. Como las piedras quemadas, al cielo voy y al fuego del sol vuelvo.
Encontrarle el tiempo al fuego no fue suficiente como para evitar volver a caer en
tus dedos. Tu historia. Tu calor.
Me quemé.