El punto de giro de nuestras vidas.
Toda película tiene puntos de giro que enredan o desenmarañan la trama. Se retuercen los papeles o se dilatan las tragedias que s e van entrecruzando por el aire y de vez en cuando caen frente nuestro, un día cualquiera.
Siempre hay un escudo que evita el golpe.
Una vez hubo un pibe que se negó a crecer.
Una vez hubo un pibe que se fue a la tierra del nunca jamás.
Una vez hubo un pibe que se fue volando a esa tierra, impulsado por una buen aidea o buen recuerdo y también hubo un tipo que vio esa historia y pensó que sería bueno contarla. La contó y le puso Peter Pan. O el chico que que nunca se animó a crecer. O también le puso el nombre que cada uno de nosotros le quiere poner a ese chico que percibió una tragedia y no se animó a crecer y se tuvo que ir.
Irse es al lugar o pedacito de mundo que cada uno tiene adentro, donde existe un escudo para evitar la bravura del punto de giro.
A veces, sólo a veces, esos escudos son los mismos en armoniosa coincidencia el uno del otro. Están en la misma frecuencia, el tuyo y el mio. Es un leve movimiento muscular que nace siempre desde afuera, entra, pasa por cualquiera de nuestros esntidos. Recorre un camino y mueve un músuculo. Esa sonrisa que empieza a asomarse por la comisura de la boca, se vuelve un escudo para la tragedia.
Entonces.
¿Esas sonrisas son porque se percibía la tragedia y de a poco íbamos sacando el escudo?
O acaso se deben a que sobrevivimos y estamos así. Acá.
Soy un tipo, a veces tipito.
Y cuál es si les digo que me late el corazón hoy y mañana cuando estamos todos juntos.
Y cuál es si late igual mientas no están, en cuerpo, presentes.
Yo les preto una proción de lo que fue mi felicidad en el momento.
Entonces de todo el maremoto diario que cada uno vive hay un pedazo que yo les guardo.
Asifixiados por las aristas que son cada vez más grandes, y nuestra energía cada vez menor, hay un lugar en el que uno puede reposar y
disfrazarse
desafinar
Desafiar a que esas ojeras, esos pelos -o la falta de ellos- esos momentos en los que lla tierra se parte en dos. Esa carcajada contenida. lo que pasó, lo que falta y lo que viene.
Decirle a ese punto de giro que va a necesitar mucho más que eso para transformar nuestros días en tragedia.
En nuestro pedacito de Tiera del nunca jamás no vuelan campanitas ni hay un Capitán Garfio. En esa tierra están los que mejor conocen eso de batirse a duelo con el mal. somos los mejores
musicos
artistas
rurales
dibujantes
Amigos itinerantes
o estables.
Caminantes.
Los mejores hijos
ojos
noches
pades.
Los más y brillantes muertos. Los mejores vivos.
